EN ESTOS 40 AÑOS NO NOS HA RESULTADO FÁCIL VERNOS en persona las veces que hubiéramos deseado, por ello, nos dirigimos a todos vosotros para que os animéis y vivamos un gozoso día con la oportunidad que nos ha brindado LA FORTUNA, quizás la última, PUES VIBREMOS CON ELLA.

Los surcos que marcan nuestras caras son testigos de una vida ya vivida y que los años que nos queden son con diferencia los mejores de nuestra vida, “los  gastados,  gastados están”. Por ello os invitamos a vivir el presente y a seguir unívocamente a pensar algo en nosotros, hasta el final de la batalla.

Aunque muchos seamos desconocidos entre nosotros, son muchos los recuerdos de las vivencias que compartimos en común: aquel teatro, aquella  clase, aquel vino, aquel enfrentamiento, aquella mirada, aquella sonrisa, el primer piso compartido, lugar de ilusiones y frustraciones, etc. ¡CUÁNTA  FANTASÍA! Tanta y tanta complicidad que es difícil enumerar, ¡son  tantos los lazos que nos atan!

Nadie puede sentirse extraño y hemos de reivindicar  de dónde venimos, independientemente la profesión  que hayamos desarrollado. Demos un guiño a nuestro pasado  que es gozoso y excitante -como   comprobamos por el WhatsApp- y es que todos aquellos recuerdos que creíamos dormidos o muertos se han despertado más fuertes que nunca. Con una tirantez extenuante, los posos emergen de lo más íntimo a nuestra superficie y esos sentimientos vuelven  a  fluir.

Sí, ya todos somos recuerdos y somos extraños entre sí, pues regresamos ahora cambiados, más la nostalgia que nos invade nos regala ilusión, y ésta es la mejor inversión en  el devenir que nos queda.

Fuimos los niños de los besos al pan y a la mano de los curas, los servidores de a DIOS y  a UDS, los recaderos de los vecinos, de los muchachos mayores, de guardar el tabaco en las paredes, de prietas las filas, de los que “Vale quien sirve”, de la conquista del Imperio hacia Dios, etc. Y esto en aquella sociedad tan gris y tenebrosa, llena de escasez -la carencia todo lo inundaba- donde lo único que abundaba era la miseria.

De aquella nebulosa salimos fuertes, responsables, solidarios, generosos con todo el mundo, nos prestábamos nuestras ropas, nuestras casas, nuestros exámenes, (qué tiempos, que pue que no güelvan) y esa responsabilidad la seguimos en especial con nuestros padres, hijos y nietos, sacrificando,  muchas veces, nuestras rutinas o deseos  para servir a  los demás.

Por ello, os invitamos a que por un día rompáis esas ataduras con esas placenteras obligaciones  y revivamos; con los compañeros que tanto  añoramos, así sin amarras, rememoremos aquellos remotos días, la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de fuego, pero todos llenos de amor y pasión.

SÍ, si la organización ha buscado el día más apropiado para que todos pudieran venir, ese es nuestro objetivo, para que el tren que pasa, sólo una vez a los 40 años, podamos cogerlo y evocar qué pronto pasa la vida.

Sois trabajadores responsables y brillantes personas, pensadores natos que siempre hemos sabido discernir y sopesar en la bifurcación de los caminos que hemos hollado, por ello, os animamos  a  pasar ese día, que será inolvidable e irrepetible.

Y para aquellos que sean perezosos, no pongan pretextos, como si fuéramos  niños del catecismo, (contra pereza diligencia). Aunque mi abuelo decía: “Contra pereza leznazo”.

En estos días de  sol donde la apacible brisa de nuestra madurez nos hace crear ilusiones, sigamos con  ella.

Gracias a la vida por nuestra creciente amistad, desde que lo quiso DIOS, CONCEDERNOS TAL  HONOR, QUE NO  ES PRIVILEGIO  MENOR.

Postdata:

OS ESPERAMOS, PARA QUE NUESTRO ENJAMBRE LLENO DE ALEGRÍA, SIEMBRE EL VIENTO DE CÁNTICOS Y CALLE EL SUSPIRO. Pues nada ilumina más un día, que  un reencuentro con compañeros y amigos.    

   

 Luis Bote – Comisión Quijotes del 73